jueves. 28.03.2024

El invierno y el frío ya son parte de nuestro día a día, como cada año en esta época. Pese a la enorme subida del precio de la luz, ya son pocos los hogares que aún se resisten a encender su estufa de gas para calentar sus estancias.

Sin embargo, un uso indebido de este tipo de estufas puede traer graves consecuencias para la salud, sobre todo si tenemos niños en casa.

Debido a las bajas temperaturas, es muy tentador mantener encendida la estufa de gas durante todo el día debido a que se trata del tipo de estufa que menos consume, pero no es lo más recomendado. En este artículos vamos a analizar el por qué.

 

Disminución del oxígeno en la estancia

El método mediante el cual las estufas de gas generan calor es la combustión del gas, generalmente butano

Este proceso de combustión del gas consume oxígeno y consume vapor de agua, por lo que al tener la estufa en funcionamiento estamos aumentando la humedad relativa y disminuyendo el oxígeno de la estancia.

La combustión del butano se caracteriza por contar con una tonalidad azul que adquiere la llama. Cabe indicar que si su color no fuese el azul, debemos apagar rápidamente la estufa, pues quiere decir que no está generando calor de la manera correcta.

 

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Liberación del monóxido de carbono

Si la generación de calor se produce de manera correcta, este desprende agua y dióxido de carbodo, pero si algo falla se efectúa una liberación de monóxido de carbono que es nocivo para la salud e incluso puede provocar explosiones.

En la actualidad, la mayoría de estufas de gas ya cuentan con un mecanismo piezoeléctrico para el encendido, termostatos y hasta mecanismos de seguridad que simplifican su uso, pero aún así debemos estar atentos y tomar precauciones.

El monóxido de carbono es realmente peligroso, pues se une con facilidad a la molécula de hemoglobina, inutilizando a los glóbulos rojos. Si buena parte de estos quedan inutilizados, nos será muy difícil portar el oxígeno hasta las células y podría desembocar en un desenlace fatal.

 

Riesgo de incendio o explosión

Otro riesgo implícito de las estufas de gas si estas no tienen una buena ventilación es la provocación de incendios o explosiones.

Ya sea por un mal funcionamiento de la propia estufa o si hay un problema con la línea de gas que se conecta al aparato, el gas puede acumularse y llegar a explotar.

También la generación de monóxido de carbono puede aumentar las probabilidades de explosión si este no es ventilado correctamente.

 

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Consejos para evitar los peligros de las estufas de gas

Como hemos podido ver, las estufas de gas son peligrosas, aunque tampoco debemos demonizar su uso. Con las medidas correctas, podremos calentar nuestra casa con ellas sin ningún problema.

Para que esto sea posible, aquí os dejamos algunos consejos para evitar riesgos con las estufas de gas:

  • Comprobar que la llama de la estufa de gas esté siempre en color azul. De lo contrario, debemos apagar la estufa.
  • Evitar que la llama se apague. La inhalación del gas por sí solo es muy nocivo. Si se apaga la llama, debemos apagar la estufa inmediatamente.
  • Controlar los interruptores o palancas de salida de gas.
  • Si detectamos olor a gas en la estancia, no debemos encender las luces. Abriremos las ventanas y abandonaremos el lugar cerrando la puerta.
  • Nunca debemos dejar la estufa de gas encendida mientras estamos durmiendo.
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